COMPRENDER es algo inmediato, directo, algo que vivenciamos intensamente, algo que experimentamos muy profundamente y que inevitablemente viene a convertirse en el verdadero RESORTE íntimo de la acción consciente.
Recordar, rememorar es algo muerto, pertenece al pasado y desgraciadamente se convierte en ideal, en lema, en idea, en idealismo que queremos imitar mecánicamente y seguir inconscientemente.
En la COMPRENSIÓN VERDADERA, en la comprensión profunda, en la íntima comprensión de fondo sólo hay presión íntima de la conciencia, presión constante nacida de la esencia que llevamos dentro y eso es todo.
La comprensión auténtica se manifiesta como acción espontánea, natural, sencilla, libre del proceso deprimente de la elección; pura, sin indecisiones de ninguna especie. La COMPRENSIÓN convertida en RESORTE SECRETO de la acción es formidable, maravillosa, edificante y esencialmente dignificante.
La acción basada en la recordación de lo que hemos leído, del ideal al que aspiramos, de la norma, de conducta que nos han enseñado, de las experiencias acumuladas en la memoria, etc., es calculadora, depende de la opción deprimente, es dualista, se basa en la elección conceptual y sólo conduce inevitablemente al error y al dolor.
Eso de acomodar la acción a la recordación, eso de tratar de modificar la acción para que coincida con los recuerdos acumulados en la memoria, es algo artificioso, absurdo sin espontaneidad y que inevitablemente sólo puede conducirnos al error y al dolor.
Samael Aun Weor
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