miércoles, 28 de septiembre de 2011

El lado oscuro de la tecnología

Por Samuel Abraham Maldonado Morales
(Publicado originalmente en el número 23 de la revisa digital Iliaster en el estado de Jalisco, México)

El uso de los nuevos instrumentos de comunicación y entretenimiento han tenido un gran recibimiento entre la población debido a que han reducido sus costos y nos permiten conversar en tiempo real con alguien que puede encontrarse en cualquier país y en cualquier momento.
Seguramente todos hemos escuchado a alguien recordar cuando sus cartas tardaban días, incluso semanas en llegar; o de aquellos cinéfilos que recuerdan melancólicamente las las circunstancias en que lograban entrar a una sala de cine y ahora pueden conseguir un simple disco con el que disponen de bastante material; mientras que otros comentan que hace años pensar en que pudieran hacer una video llamada era algo marciano.
Las nuevas generaciones escuchan esas historias y ahora son ellos los que no pueden creer que eso fuera posible. Estamos viviendo una era en que tenemos todo al alcance de nuestras manos con sólo operar un simple dispositivo; pero todo esto tiene un costo muy alto.
El televisor, el aparato rey del entretenimiento en los hogares, forma campos electromagnéticos artificiales que llegan a contaminar a una distancia de veinte metros; mientras que una computadora llega a crear estos campos con un alcance de cincuenta metros. Estamos hablando de una situación delicada.
Algunos especialistas confirman el daño que estos campos electromagnéticos producen; además, estos aparatos están hechos de metales pesados lo que los hace aún más peligrosos. Lo grave es que el cerebro se ve seriamente afectado con esta contaminación.
Pensemos en esos niños que estando en casa son inducidos a ver televisión por sus mismos padres, quienes encuentran en esta práctica la solución al ruido y movimiento que producen los infantes cuando no tienen obligaciones escolares que atender. ¿Cuál será el estado de salud de un niño acostumbrado a pasar horas frente a un televisor?
Observemos que cuando se le habla a un niño este no para de moverse y se encuentra viendo en distintas direcciones; un adulto tal vez necesita estar en una posición fija para atender y captar el mensaje de quien le habla. Lo peor de esta situación sería concluir que el niño tiene un problema de atención, pues él tiene sus capacidades y órganos funcionando a un cien por ciento; mas bien esto podría sugerir que es el adulto quien ya tiene algunas zonas de su cerebro dañadas y necesita hacer un esfuerzo para poder escuchar bien.
Absurdo sería caer en el fanatismo y negar el uso de esta tecnología, pues en estos momentos usted tiene una revista hecha utilizando estos recursos, lo cual ha sido de mucha ayuda para poder obtener información valiosa de la enseñanza gnóstica y acercarse con los instructores para atender inquietudes.
El problema empieza cuando se utiliza el Internet como plataforma de ataque entre instituciones gnósticas que exhiben las situaciones que han de atenderse dentro de sus grupos. Evidenciando con esto su inmadurez e inconciencia, dando como resultado la confusión entre los estudiantes y el rechazo de las personas que se acercan por vez primera a los grupos gnósticos.
Recordemos que tenemos la obligación de cuidar nuestro cuerpo físico; por ese motivo  es necesario utilizar responsablemente la tecnología. El tiempo que sea necesario. Ya sea en el trabajo, en la realización de trabajos escolares o bien, revisando aquel material que resulte útil y nos brinde un rato de esparcimiento sano.

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